Peppino Puñetti ha muerto (V)
Tendida en la cama, amparada por el retrato de Santa Inés y con los nervios a flor de piel, por fin, la noche se plantó en mi ventana de manera contundente. Me levanté acelerada y me conduje presurosa hacía el ventanuco enredándome detrás de los largos y frágiles visillos que lo adornaban. Entonces, miré fijamente…
Peppino Puñetti ha muerto (IV)
Llegué a la pensión exhausta y con la respiración cabalgando a lo loco dentro de mí. Pero, gracias a Conchetta, y al maravilloso patio trasero que escondía la coqueta pensión y en el que albergaba un solemne limonero, una sublime higuera y unas mesillas de mármol italiano, Conchetta sirvió sus manjares más exquisitos a sus…
Peppino Puñetti ha muerto (III)
Sin darle mayor importancia a aquella improvisada reunión vecinal, rebocé mi dedo dentro del Cannnolo, extrayendo, de su interior, un sabrosísimo queso de ricota al que mi exigente paladar lo acogió con gran exaltación de máxima felicidad, mientras que yo parecía un cocodrilo, pues de mis ojos brotaban unas leves lágrimas de alegría contenida por…