Tres Sombras Chinas y Una Rata (VI)
Tras aquella despedida tan mal educada cerré con un bronco portazo la puerta y me giré de manera instintiva hacia el viejo ventanuco, dándome cuenta de que la tarde empezaba a ser empujada por el tan añorado anochecer. Aquella radiante luz oscura que la noche emanaba como un calmante dentro de mi mente, sedaba, igual…
Tres Sombras Chinas y Una Rata (V)
Deslumbrada y con el alma encandilada hacia un nuevo mundo de hipnotizada ilusión que se me mostraba cada noche a través de la ventana en forma de una nueva realidad envuelta de una desvariada imaginación casi soñada, terminé, una noche más, visualizando aquel alocado teatrillo cuando, irremediablemente, la madrugada fue sustituida por un inoportuno amanecer…