Ruinas Roks City (VI)
Nos colamos de manera violenta en el interior de aquel artefacto de transporte vertical y descendimos los tres pisos mientras yo seguía observando de manera obsesiva mi calzado para asegurarme de que no quedaba en él ningún rastro de aquellas bestezuelas degeneradas cuyo vicio era el de picotear la carne ajena. Por fortuna, todo parecía…
Ruinas Roks City (V)
La tozudez de Ariadne por desanudar aquel enredo vesánico dio, por fin, un resultado satisfactorio: la fémina pelicana y coleta de gorrino enmudecieron al escuchar la grabación telefónica que ponía al descubierto su engañosa equivocación. Desorientadas y balbuceando unas insinceras disculpas, aquellas dos tuvieron que zamparse sus fementidas palabras mientras nos realizaban el abono del…