Tres Sombras Chinas y Una Rata (V)

18/07/2024 Desactivado Por Anna Val

Deslumbrada y con el alma encandilada hacia un nuevo mundo de hipnotizada ilusión que se me mostraba cada noche a través de la ventana en forma de una nueva realidad envuelta de una desvariada imaginación casi soñada, terminé, una noche más, visualizando aquel alocado teatrillo cuando, irremediablemente, la madrugada fue sustituida por un inoportuno amanecer que me contagió de un contaminado sueño pegajoso, el cual, me dejó allí postrada y con la mente derrumbada sobre aquella agujerada butaca.

Por la mañana, mientras dormía, tuve una inesperada pesadilla. Un sueño angustioso que me mostraba, como yo me dirigía hacia la puerta principal de la embajada y empezaba a aporrear la puerta con una fuerza desmedida, pues la curiosidad que yo sentía por saber quiénes eran aquellos extraños personajes, enloquecía mi mente.

Los golpes sobre aquella fornida puerta de madera, eran cada vez más violentos, hasta que, inesperadamente, esta se entreabrió. Quedé expectante y bajé la mirada, y descubrí a la rata, que, uniformada al igual que una elegante doncella, me miraba con los ojos desconcertados y los bigotillos despeinados.

«¿Es usted la nueva bailarina húngara que estábamos esperando para el espectáculo de esta noche?», me preguntó muy seria.

Yo no supe que responderle más allá de un extraño e inteligible titubeo. Y, cuando me repuse de aquella situación para responderle que sí, unos alaridos me despertaron transportándome de nuevo al enfermizo mundo real.

«¡¡Lady Tágata, abra la puerta!! ¡Lady Tágata! ¿¡Está usted bien!?¡¡Abra!!».

Aturdida, me levanté y me dirigí hacia la puerta para saber quién era el que armaba semejante escandalera. Al abrir no podía creer lo que mis ojos estaban viendo… Nada más y nada menos…, ¡qué a un par de policías de la Scotland Yard acompañados por Mimy Carrinton!

«¡Oh, querida, qué preocupados nos has tenido! ¡¡Te han secuestrado!! ¡Qué te ha sucedido! ¿¡Quién ha sido!?», no paraba de bocear Mimy mientras se abalanzaba sobre mí, a la vez que me apretujaba entre sus brazos chocando su puntiaguda nariz contra mi mejilla.

«¿Qué ocurre…?», pregunté bastante desorientada.

«Lady Tágata, la estábamos buscando.», respondió uno de los policías.

«¡Ah!, ¿y se puede saber por qué?», les pregunté con sorna.

«Pero querida, te estábamos esperando en la galería cuando recibimos inquietantes noticias relacionadas contigo y tu desaparición. ¡Me has tenido muy preocupada y todavía no sé qué te ha podido ocurrir! ¿Te has desorientado?», me preguntó entre lágrimas Mimy Carrinton.

«No, no. Está todo bien. No me apetecía para nada acudir a tu aburrida exposición y pensé que lo mejor sería desaparecer para no tener que darte ninguna explicación. Eso es todo.», le dije mirándola fijamente a los ojos.

Aquella contundente respuesta que le disparé en toda la cara le impactó de manera brutal provocándole un exagerado desmayo.

Los policías que le acompañaban la recogieron del suelo y se la llevaron sin despedirse de mí.

Continuará…