Símbolos milenarios

08/10/2018 Desactivado Por Anna Val

Un caluroso día de verano, me dirigía una vez más al encuentro de mi maestra.

Su casa reposaba junto al bello acantilado, en compañía del salado mar. Y juntas nos sentamos una tarde más.

Con su mirada profunda, con su sonrisa calmada, lanzó una sabia pregunta:

– ¿Qué ocurre cuando la vida te aprieta?

Aquellas palabras tan bien alineadas como una afilada flecha se clavaron en mi sien. No pude expresar mi respuesta.

Ella me miró y sonrió. Pronunció cinco palabras: HONSHAZESHONEN.

De nuevo sonrió y añadió; ni pasado, ni presente, ni futuro. Más allá del espacio, del tiempo y la distancia, HON-SHA-ZE-SHO-NEN; centro, luz radiante, avance, objetivo y equilibrio.

Dirigió su mirada de forma pausada hacía el anaranjado atardecer. Entonces comprendí  que cuando la vida te aprieta, nada ocurre. El HON-SHA-ZE-SHO-NEN,  te envuelve en un cálido abrazo de luz, acunando tus emociones, y es entonces cuando descubres que en el fondo de tu ser, todo está en paz.

 

Anna Val.