Mundo Imaginado (VII)

05/01/2020 Desactivado Por Anna Val

«Todo comenzó un día, cuando el pájaro Rosset se posó sobre Sabina, la encina.

– Yo te conozco. Eres Rosset, y vienes desde muy lejos, arriesgando tu vida por una medicina – dijo la encina -.

– Sabias palabras las tuyas, Sabina – respondió el pájaro -.

Las bellotas científicas le preguntaron a Rosset en qué podían ayudarle, este les contó que una gran amiga suya había perdido la visión, porque tenía un fuerte dolor en su alma.

– Los dolores del alma son muy peligrosos. No dejan ver nada… – explicaron las bellotas científicas -.

Y entonces las bellotas elaboraron una fórmula específica para combatir el dolor del alma. Era un compuesto medicinal de sabor extraño. Estaba hecho con caramelo de cereza, extracto de regaliz y polvos de ala de mosca.

¡Era una eficaz medicina!

– ¿Quién es tu amiga, Rosset? – le preguntó Sabina -.

– Una gran dama, buena y hermosa, muy sabia – respondió él -.

Las bellotas científicas le entregaron a Rosset la medicina para curar el dolor del alma. Y agradecido, partió hacía el misterioso lugar de donde vino».

Al terminar Ham y Cella su relato, Kly exclamó:

– ¡Podría ser Sel-la!

– Sí, ¡seguro que es ella! – añadió Murga -.

– Hablaremos con Sabina. Debemos averiguar dónde está ese lugar tan lejano en donde habita Rosset – dijo Pastis -.

– ¡Qué tengáis suerte, amigos! – les deseó Kly -.

– Yo debo seguir vigilando el bosque y a sus criaturas – añadió Kly -.

– ¡Gracias, Kly! Pronto nos veremos.

Los cuatro amigos se despidieron, y fueron en busca de la Encina Sabina.

Pronto la encontraron, y se dieron cuenta que era el árbol más grande que jamás habían visto. Sus ramas eran un enorme laboratorio en donde trabajaban las bellotas científicas.

Cuando Sabina vio a Murga, Pastís, Noxi y Tar, supo que algo bueno iba a ocurrir.

– Sabina, ¿podemos hablar contigo? – le preguntó Murga -.

– ¡Claro que sí! – respondió Sabina -.

– ¡Esperad, ahora os ayudaré a subir! – les indicó Sabina -.

De su enorme tronco descendió un globo transportador, conducido por dos ardillas. Ellos subieron al globo y fueron elevados a lo más alto de la Encina.

[CONTINUARÁ…]

Anna Val.