El Viaje de Ongas (VII)
Cangrejo Real era una ciudad muy colorida y animada. Además, gozaba de una temperatura muy agradable y por ello, sus habitantes, los cangrejos estaban siempre muy contentos.
Fueron recibidos por la ilustre banda musical de los cangrejos violinistas que, junto a su director; el reluciente cangrejo herradura y los extraordinarios bailarines cangrejo japonés y el azulado cangrejo Sally, se encargaron de ofrecerles una divertida bienvenida. Mientras contemplaban muy entretenidos aquel número musical, a Ongas le llamó la atención un objeto que se encontraba semienterrado en la arena y en el que se podían apreciar unas piedrecillas de colores que brillaban. Fue entonces, cuando Ongas cayó en la cuenta de qué se trataba al recordar las palabras del pez sierra. Y señalando con el dedo el lugar, Ongas muy entusiasmado les gritó a Ixar y Murciélago: -¡¡Mirad!! ¡Es el ánfora! -Sí, es un ánfora… –les confirmó cangrejo japonés extrañado por su sorpresa. – ¿Podemos acercarnos para averiguar lo que guarda en su interior? –preguntó Ixar. – ¡Claro! Pero debéis ir con mucho cuidado, pues, tal vez, lo que encontréis os puede sorprender –advirtió cangrejo violinista. |
Murciélago, Ixar y Ongas se acercaron al ánfora y empezaron a examinarla con mucha curiosidad, observando, con sorpresa, que estaba vacía… ¡No había nada en su interior! Pero Ixar no se dio por vencido y gritó con todas sus fuerzas: – ¡¡Hola…!! De repente, ¡se oyó una gran risa! «Menudo susto! ¡¿Quién se reía?!», pensaba aturdido Ixar debido al gran ruido producido por la sonora risotada. – ¿Hola…? ¿Quién eres…? –volvió a insistir. Pero la respuesta fue de nuevo una gran carcajada. -No lo entiendo… -se decía mientras movía sus orejas porque se había quedado un poco sordo. – ¿Por qué se ríe el ánfora? –le preguntaron a cangrejo violinista. – ¡Es el vacío! –les contestó. – ¿El vacío…? –preguntaron extrañados sin comprender que significaba. |
-Sí, el ánfora de piedras de colores está llena de vacío y guarda secretos invisibles – les explicó.
-Pero… ¿cómo puede estar lleno de vacío? –insistió nuevamente Murciélago.
-El vació guarda todo aquello que no se ve y que tan solo podemos sentir en nuestro interior. Son las emociones…
– ¿Qué son las emociones? –preguntaron los tres a la vez.
-Son nuestros estados de ánimo: alegría, tristeza, enfado, miedo… ¡Hay muchas! Ellas nos ayudan a resolver nuestros problemas siempre que seamos capaces de escuchar y entender lo que nos dicen para seguir avanzando y alcanzar nuestra meta. ¿Qué es lo que habéis venido a buscar?
Ante aquella pregunta de cangrejo violinista, Ongas le explicó que necesitaban encontrar alguna pista que les condujera a la pirámide donde se refleja el sol para poder aclarar la desaparición de los Pingüinos Ninos y todo el misterio que envolvía a la Universidad Marina. Pero estaban muy confusos y algo desconfiados porque no sabían si lograrían su objetivo.