Colaboraciones


Como ilustradora, he tenido el honor de colaborar con algunos títulos de la obra del escritor; Adolfo López García.

 

www.adolfolopezgarcia.com

 

«Ayudo y colaboro con aquellas personas que tienen o quieren afrontar cambios en su vida personal o laboral.»

(Adolfo López García)

 

Ojalà algún día tenga el valor para contar mi historia.

Desconozco que me impulsa a escribir de nuevo. En esta soledad que me envuelve, percibo a una sociedad que no me aporta nada en este momento, posiblemente porque yo tampoco lo hago, al menos como ella espera o solicita de mí. Lo sé, una buena amiga, solicita que vuelva a hacerlo, una vez más.

Ojalà hoy tenga ese valor tan necesario para contarte mi historia.

Si alguien, tan solo una persona cercana me hubiera dicho hace seis años que en este sería la persona que soy, posiblemente la hubiera mirado con desconfianza, cierto desprecio y pudiendo sentirme perdido por no llegar a comprender que querría estar comunicándome. Si a todo ello, se le ocurriera hablarme de alguno de mis cuatro libros ya escritos, seguramente le hubiera dejado con la palabra en la boca antes de marcharme, dejándolo en ese concepto que los “más listos” llaman sueños.

Ojalà tenga el valor, de continuar.

¿Para quién escribo esta carta?

¿Por qué he vuelto a dejarme seducir por el cariño que Anna Val siente hacia unas palabras nacidas desde mi corazón, y que a casi nadie han interesado hasta este instante?

Seis años, cuatro historias, tres mil ochenta libros vendidos, lectores que no son capaces de leer alguna de esas historias porque se sienten impotentes para ello, mientras que otros logran, a través de sus testimonios, desgarrar y acariciar mi corazón por igual. De otra mayoría desconozco que han podido hacer con ese libro comprado en algunas de mis presentaciones, cursos impartidos y tertulias literarias compartidas.

Desconozco quién eres, desconozco y si algún día tendré el valor necesario para enviarte esta carta, ni siquiera conozco si tú tendrás tiempo para llegar hasta esta palabra, poco importa ya todo eso ahora. Lo único que sostiene estas palabras es el cariño y compromiso que tengo hacia mi amiga Anna Val y el arte que alberga su corazón. Mis últimas energías, la pasión sentida por todo lo escrito y compartido con ella, mi compromiso por querer ser luz para tanta oscuridad finaliza con esta carta. No existirá otra carta, a nadie más solicitaré que escuche, lea o sienta que mis emociones, conocimientos y vivencias  pueden ayudar a esta sociedad.

Hace seis años un niño, a sus ocho años de edad, me dió una lección de vida en la puerta de su escuela que nunca olvidaré. Ese día, sin saberlo, ese niño consiguió despertar a un corazón adormilado en una placidez social que había terminado por seducir al niño que aún se mantenía vivo en mi interior, conformista y satisfecho dentro de un estrés profesional que me permitía vivir alejado de toda realidad, que no fuera mi propio egocentrismo.

“Papi, en la escuela me aburro”

Creo que aún no he sido capaz de juntar todos los trozos de corazón que sus palabras y la tristeza en sus ojos me hizo llegar. Seis años después aún me encuentro pegando pequeños trozos dejados en un trabajo de dos años, investigando por qué mi hijo se sentía de esa manera en la escuela. Y lo más importante, por qué hizo que recordara mi paso por esa misma escuela, y por qué yo me había sentido igual que él, treinta y cinco años antes.

Cuando termine de recabar toda la información aportada por todos los ámbitos del mundo educativo y familiar, una maestra, Carmen, una tarde en su casa mientras compartíamos un té, me pidió que escribiera todo lo aprendido y averiguado sobre el Sistema Educativo en este país. Así nació mi primer libro 1+1+1 La Mutación del Sistema Educativo. Cuando comencé a hablar de él, a compartir la historia que guarda su interior, comencé a ser consciente de como esta sociedad no quiere realidades, no le interesa despertar. Y por tanto, no interesa todo lo que su historia comparte.

Ojalà pueda secar las lágrimas que están naciendo en mis ojos, porque necesito seguir compartiendo todo lo que guardo dentro de mí, aunque nunca llegues a leer esta carta que Anna Val me ha pedido que escriba para ti.

Hace cuatro años quise ayudar a una mujer. Percibí en ella tanto dolor, que no pude evitar la tentación de compartir todo lo aprendido en mi propio crecimiento personal. Pienso que la ayudé, mucho más de lo que podía imaginar en un principio. Tanto lo hice, tanto me entregué a la recomposición de su corazón que terminé por enamorarme de ella. Un amor que hizo nacer mi segundo libro, Sin saber por qué… Una historia que volvió mi vida del revés. Un libro que no todos los que lo han adquirido, han sido capaces de leer.

Escribiendo su historia me sentí un valiente. Hoy aún estoy pagando tanta valentía, y todo ello porque esta sociedad no quiere personas que sientan, escogiendo su propio estilo para vivir, y sí personas obedientes. Sin saber por qué… es un libro amado, llorado y vivido tan intensamente, que aún no soy consciente de todo lo compartido en su interior.

Ojalà pudiera verte mientras lees esta sinceridad compartida con alguien que ni siquiera conozco. Me gustaría observar tu mirada y comprobar si tus pupilas se encuentran igual de húmedas que las mías. No necesito palabras tuyas en este momento, solo con poder ver tus ojos, podrían comunicarme aquello que necesito saber para continuar escribiendo.

Un día, personas cercanas me recomendaron que pusiera en marcha una web propia y desarrollara una marca personal que me ayudara a hacer visible mis libros. Escuché las opciones, estudié las posibilidades y valoré si invertía mis escasos recursos financieros en dicho proyecto. Así lo hice y comencé, ilusionado, un nuevo paso adelante que dio sus frutos en una web que siento como una de mis mejores cartas de presentación. Será un placer que la visites (www.adolfolopezgarcia) y encuentres en ella la información complementaria a esta carta (sinopsis, biografía y testimonios) para que puedas decidir si aún quieres conocer algo más de este hombre, el cual un día decidió ayudar a los demás, escribiendo.

Con los pies en el suelo y la cabeza en las estrellas (titulo del blog personal donde comparto trocitos de sentimientos) mi buena amiga Esther Rodríguez, me pidió que escribiera un breve relato para llevar a una presentación que tendría por esas fechas. Y, como esto de escribir, también tiene sus particularidades ya que nunca se sabe a ciencia cierta dónde puede finalizar la imaginación de un autor, seguí, seguí y seguí escribiendo un relato que fue el preludio para el nacimiento de mi tercer libro, #Esencia. Nunca pensé que podría desnudar mis sentimientos ante un público desconocido, hasta que di por finalizado este libro. Una historia que recorre lo mejor y peor de una educación recibida y como esta es capaz de marcar la propia existencia de cualquier persona adulta. Un libro cargado de emociones y vivencias que son adornadas de manera magistral por el arte y el color de Anna Val, gracias a  veinticinco ilustraciones que lo acompañan y hacen que en sí, en esencia, este libro  haya terminado convirtiéndose en una obra de arte compartida por ambos.

¿Imaginas que naciera en ti el deseo de leer alguno de mis libros?

Ojalà sucediera, al menos tendría una oportunidad.

¿Has llegado en alguna ocasión a imaginar cómo, en todo ese descubrimiento de uno mismo, puedes percibir como la sensibilidad que has dejado aflorar desde tu interior te lleva a sentir en un mayor porcentaje como mujer siendo hombre?

Una cuarta historia, LIMERENCIA, ha sido un experimento donde poder descubrir si estaba preparado para desarrollar una historia desde la perspectiva, sentimientos y vivencias de una mujer. Cuando me han preguntado sobre la protagonista de esa historia siempre digo que es mi parte femenina incluida dentro de una realidad social que muy pocos conocen. Dicen que su historia no deja indiferentes a los lectores que han tenido la oportunidad de disfrutar de ella. Me alegro por ellos y por mi parte femenina.

Todo esto me ha hecho valorar la frustración como escritor y la satisfacción como persona a la hora de conocer cuánto de bueno todo lo vivido ha hecho en mí. Soy consciente de la energía que hace que me mantenga vivo para continuar, un poco más, en la ilusión por querer que alguien lee esta carta y piense que sería interesante conocerme como persona y, quizás también, como descubridor de emociones y palabras.

Ojalà, esa palabra que has leído a lo largo de esta carta, es el titulo escogido para una nueva historia ya iniciada. Un libro comenzado hace ya más de un año, y que tengo previsto finalizar para antes del próximo verano. Una historia desde la que poder disfrutar de una aventura diferente a lo que estamos acostumbrados a leer.

Hasta aquí llega esta carta de presentación de un hombre que está aprendiendo a compartir quien es, con un corazón de niño que ha permanecido demasiado tiempo dormido en su interior. Poco más puedo escribir como presentación, poco más puedo añadir que pueda resultar de interés para ti.

Aquí tienes mi email (hola@adolfolopezgarcia.com) para concertar la cita donde conocernos, dialogar y comenzar un proyecto que logre ayudarnos para ayudar a otros muchos.

Gracias por tu tiempo.

Recibe un cordial saludo